miércoles, 8 de febrero de 2012

LA NUTRICIÓN Y EL KARATE


El cuerpo humano es una máquina perfecta y su mejor aprovechamiento se obtiene conociendo todas sus partes, para su buena utilización. Todo karateka deberá conocer no sólo su morfología, sino, además, su fisiología y psicología. Y así poder aplicar las técnicas del karate con el máximo aprovechamiento de la energía, con el mínimo esfuerzo.
El desarrollo armónico del esqueleto exige tener en cuenta un cierto número de condiciones que, desde luego, no se les da siempre la importancia que merece. Y las consecuencias son la aparición de ciertas deformaciones que etropean la figura, con grave perjuicio de los órganos internos y cesando las posibilidades deportivas del karateca.
La principal causa de estas deformaciones esqueléticas es la mala alimentación.


INFLUENCIA DE LA ALIMENTACIÓN

Los huesos son ricos en fosfatos y carbonato de calcio. El fósforo y el calcio están presentes en los alimentos. Pero las investigaciones han demostrado que no sólo hace falta que llegue a nuestro organismo la cantidad suficiente, sino que tiene que estar en relación el peso del calcio y del fósforo.
Así, en los karatecas infantiles debe ser igual a 1.5. Y en los karatecas adultos debe ser igual a 1.
El calcio y el fósforo, para fijarse en el organismo, necesitan una sustancia importantísima, LA VITAMINA D, que es fundamental para fijar el calcio en los huesos.

¿DÓNDE SE ENCUENTRA ESTA VITAMINA?


Está presente en diversos alimentos grasos: mantequilla, yema de huevo, crema de la leche, hígados de pescados (merluza, bacalao, atún, etc.).
Cuando en la alimentación de un karateca infantil hay una pobreza de grasas, llega a faltar la vitamina D, y entonces se puede dar una enfermedad llamda raquitismo (insuficiencia de mineralización e insuficiente formación del tejido óseo).
Existe, aparte de la vitamina D, otra vitamina necesaria para el crecimiento en estatura y peso, la vitamina A. Su falta determina de la detención del desarrollo de los huesos.
La vitamina A se encuentra también en las grasas y en las mismas fuentes que la vitamina D. Pero la vitamina A es más difícil que llegue a faltar, porque la provitamina A se encuentra en muchos vegetales (zanahorias, tomates, coles, lechugas, etc.) y el organismo la transforma en vitamina A.
Para curar o prevenir estas enfermedades, aparte de la alimentación, es muy importante la vida al aire libre y el sol, que con sus rayos ultravioletas actúan estimulando el desarrollo del esqueleto. He aquí, porque es tan importante los entrenamientos moderados al aire libre, que efectúan muchas escuelas de karate, para los karatecas infantiles y juveniles.
La parte del esqueleto que con más frecuencia se ven actualmente en los niños y adultos son las deformaciones de la columna vertebral. Esta se deforma aumentando las curvatuas fisiológicas, o también curvándose allí donde no existen curvas. Pudiendo aparecer hacia delante (cifosis) detrás (lordosis), lateral (escoliosis), bien debido a posiciones viciosas que el individuo adopta de forma habitual. Los niños por las formas de sentarse en los pupitres o escribir. Los adultos, por posturas impuestas por el trabajo profesional (peluqueros, estomatólogos, contables, oficinistas, etc.).
Poner remedio a estas alteraciones de la columna vertebral es muy importante. La práctica del karate, pues los ejercicios en posición erecta y equilibrada con entrenamiento de los músculos de la espalda y de sostén, hacen rectificar o frenar la formación de estas posturas viciosas.
Todo entrnamiento de karate provoca modificaciones de importancia en la estructura de los huesos. Cuando ellos se encuentran bien alimentados, no adquieren posiciones viciosas y el entrenamiento está bien dirigido. La radiología aplicada ha podido poner en evidencia un aumento de las dimensiones transversales de las diáfisis de los huesos largos, engrosamiento del periostio y la aparición de asperezas de inserción, cuando las excitaciones y tracciones que se ejercen en el desarrollo de las técnicas, que actúan sobre el sistema óseo-articular provocando un aumento de la aportación de sangre a estos órganos. Tiene un carácter de hipertrofia funcional y aseguran al sistema óseo-articular una mayor capacidad de trabajo.
Lógicamente, estas modificaciones varían en función a la forma de entrenamiento de los karatecas (entrenamiento de fuerza, velocidad, resistencia, etc.), a la edad que empezaron la práctica del karate y al estado de nutrición.



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